Finalmente terminé de familiarizarme con los códigos QR. Confieso que desde que aparecieron, nunca había terminado de entenderlos hasta ahora. Creo que fue porque mi celular no tenía la aplicación y nunca necesité realmente usarla. Por fin instalé en mi teléfono la aplicación QR Code RW y pude probar mi propio código y los publicados por las compañeras del grupo Roxana Pino y Celina Rosa Martinez Campderrós.
Claramente los códigos QR tienen gran utilidad. Se acabó lo de tipear largas direcciones de páginas web.
Pienso que en clase pueden servir para proyectar en pantalla el código de algún formulario Google para nuestros estudiantes, páginas de recursos para consultar, o cualquier dirección que queramos transmitirles. O también cuando colocamos algún aviso en pasillos o avisadores de la facultad.
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